Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

19 oct 2015

LA VIE EN ROSE

Un día cualquiera,
la vida ordena tus prioridades
tan sólo con dos palabras:
“Tienes cáncer”.
De repente sientes
que el suelo se abre bajo tus pies.
Estás prisionera en una cárcel
formada por barrotes
de confusión y de miedo.
Escepticismo, culpa, tristeza, soledad…
Recorres todo un pasillo imaginario
de emociones negativas,
como si del corredor de la muerte se tratase.
Hasta que llega cierta calma
y la comprensión de que es un proceso
de transformación interior.
Y dejas de vivir sólo para los demás
y comienzas a vivir para ti.
Cambias el temor por confianza
y el dolor por amor.
Y le plantas cara a la vida
y le respondes: "¿Y qué?"
Y dejas de ver el cáncer
como un “asesino en serie”
y lo ves como una oportunidad
para crecer. 
Limpias tu casa, tu cuerpo, tu mente,
tus relaciones, tu corazón…
de todo lo que ya no sirve.
Aprendes
la eternidad que reside
en el momento presente
y la aprovechas.
Descubres el valor de una hora,
de un minuto, de un instante
Tal vez la vida nunca fue rosa
y tal vez nunca lo vaya a ser.
Pero es tu vida
y quieres seguir
amándola.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©

   Desde mi nube quiero brindar mi apoyo y ayuda a cualquier mujer que esté pasando por este proceso y la necesite.

2 comentarios:

  1. Tienes cáncer, tienes un tumor cerebral. Te condiciona la vida, empiezas a contemplarla de otra manera; es cierto el tópico de que valoras todo en función del día a día. Aprendes a valorar que vives, que te levantas cada día y ves el sol o la lluvia, que tal vez hoy no te duela nada, que leo, que paseo, que me comunico. Y ese maravilloso atardecer, y el rumor de ese río, y el bosque, y los colores. Vives,

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    1. Seguir abriendo los ojos a un nuevo día con esperanza, a pesar de los malestares y dolores, es la clave para abatir el cáncer.

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