Un instrumento en sus manos:
Una ráfaga de viento,
un pedazo de cielo,
el arco iris abriéndose paso
entre las nubes.
Tenía mucho tacto
para tocar otros corazones.
Y un extraordinario oído
para afinar sus latidos.
Convertía cada nota en una caricia.
Sus melodías eran sublimes.
Aún lo son.
La música es vida sin edad.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
(Dedicado a los músicos contemporáneos. Gracias por el regalo de la música)
Admiro a los músicos, posiblemente sea mi vocación frustrada. Es precioso eso que dices que la música es vida sin edad.
ResponderEliminarE incluso sin sexo, Manolo. La música siempre queda aún cuando los músicos se van...
EliminarGracias.
Tu lo has dicho sin edad y que emana de dentro. Un besazo
ResponderEliminarGracias, Celia. Sé que también sientes la música de una forma especial.
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