Delicados pendientes,
verdaderas joyas de valor incalculable,
con el color y la alegría
que desearía llevar en sus nobles orejas.
Belleza fugaz, al capricho de Dios,
ornamento natural en el jardín del otoño,
envidia de la misma primavera...
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
Fotografía hecha por mi amiga, Elicia, de estos PENDIENTES DE LA REINA.. |
Me ha encantado el poema y las flores de Elicia.Hasta pronto
ResponderEliminarGracias, Celia. Las flores son preciosas. Pendientes de la Reina, se llaman.
EliminarA Elicia se le da de maravilla la jardinería porque le encantan las plantas y esto las plantas lo sienten.