“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Hermoso poema, emotivo hasta la ensoñación de un alma callada que quiere gritar al amor su silente voz.
ResponderEliminarMaravilla Ángel.
Haya almas muy frágiles y sensibles a las que hay que querer mucho para poder escucharlas.
EliminarGracias por tu grato, que no grito, comentario, Manolo.
Gracias
ResponderEliminarPreciosas palabras
Gracias a ti, por tu presencia, Susana.
EliminarEs muy bueno, Ángel, hermoso y reflexivo.
ResponderEliminarEmpático sobre todo, Fátima. Gracias por leerla y por tu amable comentario.
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