“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Es bellísimo y no me quedan palabras para describir este precioso y emotivo poema de amor, que realmente es oxígeno, sensibilidad, pasión y fuerza. No se cuantas veces lo leo y lo releo, es hermosísimo y a mi me encanta Ángel.
ResponderEliminarCuánto me alegra que te guste tanto que lo leas y lo releas, Manolo. Muchas gracias por expresar de una forma tan intensa lo que sientes cuando lo haces. Un abrazo, querido amigo.
EliminarY este poema es un regalo....Simplemente....un trocito de ti.
ResponderEliminarBesos Ángel.
Tu interés y aprecio por las cosas que publico son un regalo muy especial para mí, Arantza. Muchas gracias, amiga.
EliminarHermoso poema Ángel como la luna de marzo por estos lados, bella y brillante como tu, abrazo corazón!!
ResponderEliminarLa luna de marzo, también por esos lares, es preciosa. Ya está menguante pero todavía con mucho fulgor. Te envío un abrazo enorme desde esta luna a la tuya... ¡a la luna, a las dos y a las tres! Gracias, Silvia.
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