Mis relaciones con la mayoría de las personas no son fáciles.
En gran medida porque soy una persona algo rarita, probablemente desconcertante
y, a menudo, difícil de entender, lo reconozco.
He descubierto, tal vez por mi vasta experiencia en
relaciones complicadas, que la distancia temporal es muy saludable para que se
renueven los afectos, aprendiendo a valorar aquello que teníamos y lo que, temporalmente, hemos perdido.
Esta distancia o alejamiento que cuando se produce nunca
sabes lo que durará –condición si ne qua non- hace que las personas respondamos,
como es habitual y humano, con un sentimiento de mayor apreciación hacia eso
que teníamos u obteníamos de aquélla.
Somos así. En numerosas ocasiones sólo valoramos algo cuando
creemos haberlo perdido. Incluso en muchas ocasiones hemos hasta de llorar por
aquello que no supimos valorar, cuidar o mantener.
Este impasse, en muchos casos hará que se extinga esa amistad
o relación determinada, se llame como se llame, da igual cómo la denominemos, y
en otros hará que el vínculo que nos une a esa persona se fortalezca. Ambas
cosas son positivas. En el primer caso porque, en realidad, la distancia sólo
evidenciará una falta de interés y afecto que saldrá a la superficie con esa
situación pero que ya existía, pues no había amor verdadero. Y en el segundo
porque se comprobará que hay una base sincera de afecto y respeto por el otro,
sobre la que se asentará en una próxima etapa esa relación, ahora mucho más
sincera.
Deja pues que la gente se aleje, si así lo desea. No tengas miedo a soltar, a
dejar ir. Si han de volver, volverán. La soledad no depende de la falta de personas a tu alrededor, sólo depende de lo lejos que las tengas de tu corazón y de tu
falta de apoyo a ti mismo. Muchas personas cerca de ti y un corazón vacío por
falta de amor hacia ellas, es la verdadera soledad y no, el carecer de
compañía.
Las personas somos como cuadros. Cada uno, único y
magnífico, bonito o feo, con más o menos color, con más o menos luz… Y con un
marco que nos envuelve, nuestro cuerpo, que solamente tiene la función de
resaltar o realzar aquello que de verdad somos. Puede ser un magnífico marco,
labrado de forma maravillosa, pero si la pintura tiene poca belleza, resaltará
esa escasa belleza, si por el contrario es una hermosa obra, el marco, a pesar
de que carezca de especiales atributos, e incluso tenga la máxima sencillez,
realzará una gran obra.
Y la distancia ayuda a ver el cuadro en toda su grandeza.
Aprender a separarse lo suficiente para percibir, no sólo los detalles en los
que, con demasiada frecuencia, nos quedamos detenidos con enorme fijación, sino a
verlo en su totalidad. Ver globalmente toda la obra y poder así saberla
apreciar y llegar a amarla.
Ángel
C. T. ©2015
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Pintura hecha con estas gafitas que Dios me ha dado.
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Estoy prácticamente de acuerdo contigo. Yo creo no obstante que todo es muy subjetivo, que depende del vínculo, de la distancia, de las ausencias, en definitiva, de las personas. Hay ausencias que ayudan a afianzar una determinada relación, pero corremos el riesgo de mitificar la ausencia si es prolongada.
ResponderEliminarEs solamente un punto de vista, surgido después de una reflexión y fruto de varias experiencias personales. En esos caso la distancia física y temporal fue muy positiva ya que hizo que ambas partes apreciáramos más a la otra.
EliminarGracias por compartir el tuyo, Manolo. Efectivamente todo es subjetivo y relativo porque si no, estaríamos hablando de verdades absolutas y de eso no hay nada en esta nube. Casos y cosas...
Te envío un fuerte abrazo que sé que te llegará a pesar de la distancia física que nos separa, amigo.
Me ha llegado pese a la distancia ¿Te llegó el mío? Seguro que sí mi querida amiga.
ResponderEliminarMe alegro, Manolo. El tuyo llegó también, felizmente.
EliminarLa distancia.... pero yo le doy más importancia al tiempo.
ResponderEliminarEs el tiempo el que te enseña cómo es cada persona, con detalles que pueden parecer insignificantes, con su días buenos y malos, con sus "metidas de pata" y sus genialidades.
Es el tiempo el que le pone a cada uno en su lugar.
Besos!!
Eso dicen, Arantza... parece que "el tiempo" es muy ordenado con sus deberes...
EliminarGracias, amiga.