-No. Ya le digo que soy la que ha encontrado pero tal vez no, la que estaba buscando.
Pintura hecha con estas gafitas que Dios me ha dado, pidiendo permiso a la sirena, por supuesto. |
“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Pintura hecha con estas gafitas que Dios me ha dado, pidiendo permiso a la sirena, por supuesto. |
Qué bonito, me ha encantado. :)
ResponderEliminar¡Gracias, Susana! Ya ves, desde esta nube, igual se avistan sirenas que angelitos. Un abrazo, amiga.
EliminarY a mi que la sirena me parece hermosa, fíjate tu.
ResponderEliminarY a mí que me parece que la hermosura de las sirenas están siempre en los corazones de los marineros, fíjate tú.
EliminarGracias.
Qué bonita observación :)
EliminarQué breve y bonito comentario, Susana. Gracias.
EliminarMe gusta esa sirena que sabe lo que busca y no va presumiendo de lo que no es, ni de lo que no tiene.
ResponderEliminarUna sirena natural y espontánea.
Cada día te superas un poquito más Ángel.
Es una historia sencilla. Marinero conoce sirena, sirena conoce marinero... y navegan.
EliminarGracias por tu comentario, Arantza. Dicen que las cosas son como son y no como se cuentan... A veces, las cosas son como se cuentan.
Me encantan las sirenas, querida Ángel. Como todos los seres inasibles, tienen muy mala prensa... Ya sabes, que cantan y vuelven loco a quien las escucha. Y, además, que sólo buscan la perdición de quienes caen en sus redes. Pero a mi me gustan, porque seguramente son rebeldes y eso las hace peligrosas... Y, para mayor desgracia del poder, también cantan. Y es que las canciones no les gustan a los poderosos... Pues me ha encantado...
ResponderEliminarY hay otra sirena que me hiciste recordar; esa que Víctor Manuel cantara:
"Ay sirena de la mar si mis redes te alcanzaran
dejarías el coral y vendrías a mi casa.
Sabes bien que allí nos faltan
las espumas y las algas,
si tú quieres lo intentamos
el amor mueve montañas."
https://www.youtube.com/watch?v=yS28_ds6McY
Beso enorme, querida Ángel.
¡Qué precioso comentario, Javier!
EliminarNo creas todo lo que dicen las leyendas... Hay de todo en la viña del mar. Algunas son inocentes criaturas que solamente buscan compartir su felicidad con aquél marinero que sepa andar como un caballero en tierra firme y navegar con salero en aguas saladas. Sin hacer daño a los oídos de nadie ni atentar contra su salud mental. La de éste diálogo, en concreto, tengo entendido que tampoco sabe cantar... pobriña.
Preciosa y tentadora propuesta la de la letra de esa canción de un tal asturiano, de apellido.
Un abrazo grande, para ti, querido amigo. Gracias por participar con tan interesante aportación.
Es cierto, querida Ángel, eso que mencionas de las leyendas (que no todas son ciertas)... Aunque, bien vista la cosa, casi puedo asegurar que las Leyendas (así, solas y con mayúscula) son ciertas... Son falsas sus primas hermanas de la gran ciudad (tal vez por esos se llaman leyendas urbanas)... Las otras me encantan y, tal vez, algún día me de por irme a vivir a alguna de ellas. Lo de marinero -tal vez porquue me encanta Alberti- sólo lo soy en tierra... Pero, eso sí, soy capitán de un barquito de papel y Ministro de Marina de un pedacito de mar (y que me perdone Benítez Carrasco el plagio).
EliminarUn placer llerte. Beso enorme.
El placer de leerle es todo mío, señor ministro y capitán. Gracias, de nuevo. Le enviaré un mensaje en una botella con más leyendas...
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