la vida no tiene gracia.
Ni arte, ni magia.
Carece de emoción.
Sin palpitaciones redundantes,
no es un reto, un sueño a conquistar,
ni aventura ni misterio.
Se torna seria y aburrida,
como un bostezo en una fiesta
o una siesta de verano.
No se puede sin pasión
gobernar con gracia la vida
ni jugar en calles prohibidas
sin un resquicio para la algarabía
o un desliz para el corazón.
Ángel C. T. ©
Obra de sus autor. |
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