Colgada en medio del espacio.
Risueña e ingenua.
Cambiando despacio.
Tenue luz
que no deslumbra
pero irradia claridad.
No es un sol, no lo es.
Es una motita bella,
en la inmensidad del cielo,
sencilla,
que humilde
solamente aspira
a ser amada.
Ángel C. T. ©
Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado. |
Que hermosa estrella descubrieron tus gafitas; se tiene que sentir feliz la estrella con tu poema. Tal vez sea Alfa-Centauri, de donde yo vine.
ResponderEliminar¡Pero si no es una estrella! Es la propia luna... pero en versión lejana y chiquitita. Claro que como es tan humilde ella, no te preocupes Manolo, no se habrá ofendido por confundirla con una brillante estrella... creo que se lleva de maravilla con ellas.
EliminarGracias, amigo. Algún día tal vez le escriba un poema a una estrella y te lo dedicaré.
Me sentiré enormemente afortunado.
ResponderEliminarLo recordaré.
EliminarEL POEMA PROMETIDO
EliminarA una estrella luminosa he de escribir un poema
para dedicar a un amigo, siempre cercano,
siempre amoroso.
Ambos con brillos delicados y destellos sinceros de gran nobleza.
Ese corazón que palpita al unísono con mi estrella...
lo quiero, lo respeto y me comunico bien con él,
Cada día remamos en el mar de los cielos o de la tierra,
en la misma dirección, a veces a contracorriente pero con ganas,
con fuerza... con mucho afecto, confianza, ilusión.
Déjame regalarte, hoy, amigo, no una sola, sino todas las estrellas
que pueda robarle al firmamento.
Gracias por tu amistad, Manolo.