Ángeles Córdoba Tordesillas ©
Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado. |
“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Ante ese cielo... ¿Quién no se para a contemplarlo con calma y con gusto?.
ResponderEliminarA mí me pasa todas las noches de cielo raso cuando estoy en Burgos. Miras hacia arriba y ves un toldo de estrellas y la luna que alumbra como un gran farol. Esto no lo veo donde vivo... demasiadas nubes y la consabida contaminación.
Un beso, Ángel.
Qué bonito lo cuentas, Arantza... Suerte que tienes ese lugar en el que, de vez en cuando, puedes tener la oportunidad de disfrutar de ese cielo, relativamente, limpio de contaminación y sus "complementos". Gracias por compartirlo hoy en la nube.
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