No quería ser cazado ni cazador.
Abandonó la jaula tiempo ha…
y sucedió lo inevitable o pudiera haber sido evitado,
-para este poemita es indiferente eso-.
Ese corazón imantó otro corazón
y por el aire.
Éste se rebeló pero le sirvió de poco.
No tiene motivo para quererlo pero lo quiere.
No tiene razón para temerlo pero lo teme.
Salir a la calle es un peligro, pensó,
con ese corazón extraordinario
volando por ahí suelto…
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
Mucho poderio en este relato o poema. Me parece francamente precioso.Ole por mi hermana,que sabe transmitir lo que siente y se inspira en su corazon.
ResponderEliminarMuchas gracias, Celia. A veces es bueno dejar que sea el corazón el que hable sobre sí mismo.
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