Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

19 sept 2015

LA VEJEZ

Cuando las palabras se ausenten
y los aniversarios bailen en los columpios del olvido
si los gestos humanos entienden de gestos,
no te encontrarás aislado ni perdido.

Siempre habrá un alma amorosa que te ayude
a buscar tus tesoros escondidos.
Unas manos que te sostengan,
que limpien tus lágrimas.
Habrá una sonrisa que hablará tu idioma
y la luz, de algunos rostros, iluminará tus ojos.

Sigue confiando y amando.
Siéntete pleno…

En alguna parte hallarás un lugar
lleno de cariño, cuidados y respeto,
cuando tus recuerdos deambulen sin destino,
y ya no haya nada que conquistar…
mas que el siguiente aliento.

Ángeles Córdoba Tordesillas ©



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