“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
5 sept 2015
SEIS PECADOS EN TRES CUARTOS DE HORA
-No es posible.
-Lo es, te digo que sí, mujer. Más sabrá el demonio por viejo.
-Pero si tienes treinta y siete…
-Pues a veinticinco pecados diarios, mínimo… ¡mira qué record! Imagínate cuando tenga noventa y tres…
-Inscríbete en el libro ése, a ver si te llevas algún premio.
-Me espanta caer también en el pecado de la soberbia.
-Pues te inscribo yo.
-Ea, pues inscríbeme… yo te dejo, mientras te tiro los tejos.
-Ay, vanidad de vanidades…
-Y lujuria, luego.
Ángel C. T. ©
La soberbia, la envidia, tal vez los "pecados" más extendidos, especialmente la envidia. Hay otros, como la lujuria -denostado por la iglesia- como que no lo son, muy al contrario, porque además no tiene siquiera el nombre adecuado; yo le llamaría divertimento sexual, o amor en un plano más elevado, porque lo de lujuria suena a vicio.
ResponderEliminarYo te absuelvo de todos tus pecados, querido amigo. Ve y no peques más.
EliminarGracias, Manolo.