-Sí.
-¿Ah sí?... ¿y qué te dijo de mí, si puede saberse? Porque yo le caí mal, y me di cuenta, pero él me cayó peor.
-Nada que pueda influenciarme.
-Qué alivio... porque seguro que no habrá sido bueno. Ahora ya ni me acuerdo de su cara. ¿Tienes por ahí una foto suya?
-No, no en este momento.
-Bah, da igual. Era para no saludarle si me lo encuentro.
-Sin pelos en la lengua, ¿eh?.
-Perdóname por mi facilidad de palabra…
Ángel C. T. ©
No es siempre mi amigo, ni de asomo, aunque cabe la opción.
ResponderEliminarLos amigos tienen que elegirse voluntariamente. Los amigos de nuestros amigos seguramente serán buenos amigos de ellos pero no por eso se ha de tener, con aquellos, en común, algo más, aparte de esos amigos. No es un trabalenguas... Saludos, Manolo, y gracias por ser mi amigo.
EliminarEs un placer y un lujo contar con tu amistad, me llena de orgullo.
ResponderEliminarGracias, Manolo. También para mí.
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