Fotgrafía del moñito de mi tía, en todo su esplendor, hecha por mi prima y enviado por wasap. |
“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Es un moño perfecto de una mujer, al parecer, sabia y cariñosa donde las haya. Para estar orgulloso/a.
ResponderEliminarAsí es, Manolo. Ella es una de estas mujeres con una gran inteligencia natural que por la circunstancias propias de su generación, no tuvo la posibilidad de cultivarse como hubiera merecido. Siempre dispuesta y ocupada en echar una mano a todo aquél que necesitara de ello. Hubiera podido ser cualquier cosa que se hubiera propuesto. Creo que lo que ha llegado a ser es una persona querida, en especial por sus hijos, sobrinos y los que han tratado más de cerca, que es, ni más ni menos, lo que le hace feliz.
EliminarGracias por tu intuitivo y afectuoso comentario, Manolo.
Qué bonito es tener un moño así, cerquita, yo tenía el de mi abuela, que en su vida se dedicó al mismo menester que tu querida tía, haciéndonos felices a los que la rodeaban,desgraciadamente, hace ya años que el cielo reclamó su dulzura, aunque a mi me dejó todas sus enseñanzas que en forma de romances o cuentos nos explicaba.
ResponderEliminarLey de vida, dicen, Fátima... Unos moños vienen y otros van. El de mi tía me recuerda mucho al de mi abuela -su madre-. Y lo curioso es que se convierten en recuerdos que nos acompañan siempre, a pesar de que tienen su final. Tu recuerdo es precioso, seguro que a la altura de ese moño de tu abuela. Gracias por compartirlo, amiga.
EliminarMuy emotivo.
ResponderEliminarEl moño lo es.
EliminarGracias, Francisco.