“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Jijjijiji...yo quiero un médico de esos.
ResponderEliminarMuy bien, Fátima... Primero espera que lo encuentre y te aviso. No me preocupa que la tensión me suba por estas cosas...
ResponderEliminarY yo quiero una médica así jajajaj, pero nada, la que me ausculta es demasiado seria y el el patito feo del Centro de Salud. Ni la tensión ni nada sube, jajjaja, Manolo que te pierdes. Besos Ángel.
ResponderEliminarPues agradécelo, Manolo. Es un ángel que han puesto para que mantenga tu tensión arterial a su ritmo. ¡¿Qué más quieres, hombre?!
EliminarLa próxima vez que vayas, recuerda esto, verás cómo tus labios dibujarán una sonrisa al verla y ella te atenderá con mucha menos seriedad.
Gracias por compartir tus impresiones médicas. No te pierdas... Besos.