“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Para eso existe el verbo "callar coño". Se callen coño, lo dijo Tejero.
ResponderEliminarLeamos, que para eso existe el verbo leer, y llerte a ti, es una delicia.
Gracias, Manolo. Me gusta que opines, para eso tenemos el verbo opinar: Tú opinas, tú opinas y tú opinas. Yo encantada de que lo hagas y con tanta gracia, además... ¡Ya me callo!
EliminarSiempre descubro cosas nuevas en tu blog, Ángel. Yo sólo conocía el verbo "sesentarcoño" de la 23Fª declinación. Así que, aprendamos gozando que para eso existe el verbo aprendergozando... Y, por favor, no te calles nunca.
ResponderEliminar¡Cuánto arte tienes, Francisco! Aprendergozando es algo que hacemos a diario unos de otros. Y por mucho que exista el verbo callar, no pienso utilizarlo en carne propia -entiéndase blog de una servidora-.
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