Algunos vivimos en un mundo multidimensional en el que existen “los imposibles”; los milagros o lo sobrenatural. A pesar de que haya personas que se empeñen en seguir arrastrándonos a su dicotomía mental:
"Bueno o malo, joven o viejo, ahora o nunca… ¿vienes tú o voy yo?"
No me sirven ya y no funciono dentro de esos parámetros.
Construir un mundo nuevo, sin límites, está al alcance de cualquiera, hoy en día, pero eso sí, es preciso -y precioso- abandonar los prejuicios y otros condicionantes.
Renovarse cada hora, ¡qué digo cada hora!... a cada instante, permitiendo así que se transforme todo, dentro de nosotros primero, para que suceda en los demás, es una fascinante aventura que hará que veamos pronto, alrededor, los maravillosos cambios materializados.
Cada vez que quiero, doy un salto cuántico más, y me coloco donde me apetece. Puedo bajar las escaleras de mi casa interior y entrar en el cielo o tumbarme boca arriba, a mirar las estrellas… del fondo del mar.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
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Acuarela hecha con estas gafitas que Dios me ha dado.
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Es un hermoso canto a la esperanza que surge de las entrañas de nuestro ser. Me emociona hasta las trancas, Bellísimo.
ResponderEliminarQué bueno es emocionarse con expresiones que otro hace con el firme propósito de conseguir justamente eso, en los demás. La emoción es un buen impulso...........para saltar.
EliminarGracias, amigo.
Sólo hay que aplicarlo. Fácil, ¿no?
ResponderEliminarMuy fácil... tirado... en el suelo y boca arriba. Gracias.
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