Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

30 ene 2015

ESA MUJER DE PELO SUAVE COMO EL ASTRACÁN



A Raimunda, la despidieron del trabajo porque se le quedaban los ojos en blanco. Esto era problemático trabajando en publicidad y teniendo que tratar a diario con los clientes. Le sucedía, nada más, cuando algo le extrañaba pero lo malo es que casi todo le extrañaba, menos las úlceras pépticas de su vecino, el guapo,  a las que, actualmente,  saca a pasear cada tarde para que hagan sus necesidades, cobrando poco por tarea tan grata. Ambas menean el rabito cuando la ven, a modo de saludo. Un verdadero encanto... bueno, dos.

Si hablamos de intereses, no le interesaba la conquista del espacio sideral, prefería las rosquillas caseras y los zapatos cómodos porque tenía callos hasta en la esperanza, la mujer… aún sin canas… pero todo llegaría. Eso sí, sus patitas de gallo bien puestas que le cantaban el quiquiriquí cada mañana. Detalle sin importancia, no se la demos, pues.

Dormía en un rodapié del pasillo de su casa, para que sus pies pudieran descansar óptimamente del baile africano “de los chinitos marroqueros”. Era piscis de signo zodiacal. Sería la principal razón de que siempre anduviera escamada… Nunca lo sabremos.

Muy cariñosa y comprensiva pero no amiga de sonreír a los extraños; y ya he dicho que le parecía extraño casi todo. Era una gran tímida con sueños libidinosos.

Estoy por juntar a estos dos, -al tal Serafín, deseoso de emparejarse, con ella- o esta historia con aquélla última de "vidas sencillas" (si no la has leído , vete corriendo a leerla... ¿a qué estás esperando? Bueno... en cuanto termines este relato).

Tengo la impresión de que estuvieran hechos el uno para el otro, qué quieres que te diga ¡Qué tortura por dios y por los ángeles guerreros sin patrimonio histórico ni cultural! Por un lado, Serafín, con problemas cardiovasculares, laringitis de tanta corbata regalada, de nudo apretado como le gustan a él, pero hombre honesto y con corbata, creo que esto ha quedado claro como la luz del mediodía, -no libra los fines de semana, sin embargo, a ver cómo lo hago- y de otra parte, Raimunda, romántica, mujer madura, comprometida con el arte y la pobreza -van de la mano- pero dispuesta a romper el compromiso si llega algo más caótico todavía, como bien podría ser Serafín del alma mía, -me ha salido rimera la niña- Libra todo el rato… fines de semana también. Pero piscis, piscis por Dios, no confundamos conceptos. Ya me veo, cual sacerdote, en tierra, o capitán de barco, en alta mar: “¿Fulanito, quieres por esposa a… y tal y cual, hasta que la muerte os despegue al uno del otro?”

Solamente tengo que apañar un encuentro precipitado o no… quizá alquilando algún precipicio cercano. O podría idear una trama para que algún amigo común los presentara… Sería difícil, ambos solitarios e instigadores de programas de debate como televidentes… ¿Y hacer una fiesta del pijama? No. Me esperaré a ver si tengo una idea brillante, de esas que hacen encender la bombilla voladora sobre la cabeza.

Como decía Escarlata O’Hara, ya lo pensaré mañana... o pasado.

Además, no tengo prisa ninguna… el relato es mío y puedo acabarlo cuando quiera. Buenas noches.


                                               FIN PROVISIONAL… (Con Serafín, lo será).

2 comentarios:

  1. ¡Jajajajaja...! ¡Madre mía que talentazo! Eres increíblemente imaginativa. Te superas sin dar tregua, aunque no sé si la vendes... por eso de que la tregua verdadera ni se compra...
    Ya estoy en un sin vivir, pensando en ese encuentro con el que amenazas. No dudo que será hilarante, por lo fino que hilas por detrás y por delante.
    No tardes.

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    1. Veremos... Aún no se han conocido y si las circunstancias no les son propicias a ambos, tal vez nunca llegue ese día. Se lo dejaremos al destino que sabe más de estas cosas... por delante, por detrás y por los costados.
      Muchas gracias por estos piropos hacia mi humana imaginación, Francisco.

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