A Raimunda, la despidieron del trabajo porque se le quedaban
los ojos en blanco. Esto era problemático trabajando en publicidad y teniendo
que tratar a diario con los clientes. Le sucedía, nada más, cuando algo le
extrañaba pero lo malo es que casi todo le extrañaba, menos las úlceras
pépticas de su vecino, el guapo, a las
que, actualmente, saca a pasear cada
tarde para que hagan sus necesidades, cobrando poco por tarea tan grata. Ambas menean
el rabito cuando la ven, a modo de saludo. Un verdadero encanto... bueno, dos.
Si hablamos de intereses, no le interesaba la conquista del
espacio sideral, prefería las rosquillas caseras y los zapatos cómodos porque
tenía callos hasta en la esperanza, la mujer… aún sin canas… pero todo
llegaría. Eso sí, sus patitas de gallo bien puestas que le cantaban el
quiquiriquí cada mañana. Detalle sin importancia, no se la demos, pues.
Dormía en un rodapié del pasillo de su casa, para que sus
pies pudieran descansar óptimamente del baile africano “de los chinitos
marroqueros”. Era piscis de signo zodiacal. Sería la principal razón de que
siempre anduviera escamada… Nunca lo sabremos.
Muy cariñosa y comprensiva pero no amiga de sonreír a los
extraños; y ya he dicho que le parecía extraño casi todo. Era una gran tímida con sueños libidinosos.
Estoy por juntar a estos dos, -al tal Serafín, deseoso de
emparejarse, con ella- o esta historia con aquélla última de "vidas sencillas" (si no la has leído , vete corriendo a leerla... ¿a qué estás esperando? Bueno... en cuanto termines este relato).
Tengo la impresión de que estuvieran
hechos el uno para el otro, qué quieres que te diga ¡Qué tortura por dios y por los ángeles guerreros
sin patrimonio histórico ni cultural! Por un lado, Serafín, con problemas
cardiovasculares, laringitis de tanta corbata regalada, de nudo apretado como le
gustan a él, pero hombre honesto y con corbata, creo que esto ha quedado claro
como la luz del mediodía, -no libra los fines de semana, sin embargo, a ver cómo
lo hago- y de otra parte, Raimunda, romántica, mujer madura, comprometida con
el arte y la pobreza -van de la mano- pero dispuesta a romper el compromiso si
llega algo más caótico todavía, como bien podría ser Serafín del alma mía, -me
ha salido rimera la niña- Libra todo el rato… fines de semana también. Pero
piscis, piscis por Dios, no confundamos conceptos. Ya me veo, cual sacerdote,
en tierra, o capitán de barco, en alta mar: “¿Fulanito, quieres por esposa a… y
tal y cual, hasta que la muerte os despegue al uno del otro?”
Solamente tengo que apañar un encuentro precipitado o no… quizá
alquilando algún precipicio cercano. O podría idear una trama para que algún
amigo común los presentara… Sería difícil, ambos solitarios e instigadores de
programas de debate como televidentes… ¿Y hacer una fiesta del pijama? No.
Me esperaré a ver si tengo una idea brillante, de esas que hacen encender la
bombilla voladora sobre la cabeza.
Como decía Escarlata O’Hara, ya lo pensaré mañana... o pasado.
Además, no tengo prisa ninguna… el relato es mío y puedo
acabarlo cuando quiera. Buenas noches.
FIN PROVISIONAL… (Con Serafín, lo será).
¡Jajajajaja...! ¡Madre mía que talentazo! Eres increíblemente imaginativa. Te superas sin dar tregua, aunque no sé si la vendes... por eso de que la tregua verdadera ni se compra...
ResponderEliminarYa estoy en un sin vivir, pensando en ese encuentro con el que amenazas. No dudo que será hilarante, por lo fino que hilas por detrás y por delante.
No tardes.
Veremos... Aún no se han conocido y si las circunstancias no les son propicias a ambos, tal vez nunca llegue ese día. Se lo dejaremos al destino que sabe más de estas cosas... por delante, por detrás y por los costados.
EliminarMuchas gracias por estos piropos hacia mi humana imaginación, Francisco.