Fotografía de esta misma tarde. Hecha con estas gafitas que Dios me ha dado. |
“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Deja huir al dolor y permite que entre la dulzura, tu eres paz, tu eres cielo.
ResponderEliminarY tú un cielo... Manolo. Gracias.
EliminarAdios...
ResponderEliminarAu revoir.
EliminarNo hay nada como contemplar un bello atardecer para aligerar peso del alma,Ángel,totalmente de acuerdo contigo,amiga mía.
ResponderEliminar¿A que sí?... Sientes que se diluyen las penas y sólo queda ese sentimiento de felicidad y agradecimiento por estar vivo/a. Gracias, Fátima, por pararte a contemplarlo, desde mi nube.
Eliminar¿Cómo hacer cuando es el dolor el que ese empeña en quedarse? A veces parece tan fácil y otras tan complicado, es curioso.....
ResponderEliminarNunca sabremos hasta qué punto nosotros lo retenemos porque puede que tenga algo que mostrarnos... Espero que se vaya para siempre e incluso sin despedirse. Eso significará que ya habremos aprendido lo suficiente de la enfermedad y que estamos preparados para aprender de la salud. ¿Verdad que sí?
EliminarGracias por tu comentario, amiga. Un abrazo y un empujón a ese dolor...
Dejar ir el dolor, mirando ese atardecer y esos colores , dejarse cautivar por ello, sana.
ResponderEliminar¡Gracias, Silvia! Qué bien que te hayas animado a entrar en esta amistosa nube para visualizar, en esta ocasión, como el dolor se va y, esperando que tú te quedes por aquí... Un abrazo y feliz 2015.
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