Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

9 dic 2014

PARA TI

Aparentemente frágil y tan fuerte…
Intangible, inaudible, insondable e imborrable.

Pequeño sentimiento, latido, entrañable palpitar.
Tan inmaculado que nada nunca lo rozó,
ni podrá mancharlo ni ensuciarlo jamás…

Que no se compra ni se vende
y no se adquiere, si no nace.
Etéreo y bello porque es eterno.

Algo tan sencillo y sin pretensiones,
que sólo vuela, de un corazón a otro,
buscando un lugar cálido y amante
en el que quedarse refugiado,
para siempre…
cual pajarillo, necesitado de un nido.

No sé ponerle un nombre. Tal vez tú sí.

Pero ni siquiera necesita que lo llames.
Yo solamente te lo envío.

Cuídalo y deja que repose a tu lado.
Y si quieres que se quede contigo,
aliméntalo.

Gracias.

Ángel C. T. ©

Acuarela pintada con estas gafitas que Dios me ha dado.

4 comentarios:

  1. Sólo puedo comentar que comentar no puedo. Si fuese "Para mí", podría, pero no lo haría. Y no me siento con derecho a hacerlo si para mí no es. Aunque, sea como sea y para quién sea, es un emocionante regalo de amor.

    Como están cargados de emoción esos dos árboles desnudos en la soledad del páramo en que se encuentran anclados, juntos y gemelos, pero separados.

    Angelical combinación.

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  2. Me lo guardo para mi porque es "para ti", o sea yo mismo un suponer. Y en lo que a mi concierne la llamaré "amistad". Gracias, mil gracias.

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    1. Gracias a ti, Manolo. Por supuesto que es para ti también, por esta maravillosa amistad que nos une. Un fuerte abrazo.

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