Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

10 dic 2014

LOS CUENTOS

A todos nos gustan los cuentos. Necesitamos creer en las historias de amor. En los finales felices. En que los buenos siempre ganan y los malos siempre se quedan con ganas de ganar. Lo que nunca nos han dicho es que:

A Cenicienta le olían los pies. Caperucita era daltónica y Blancanieves disléxica El gato con botas era impotente y Pulgarcito tenía calvicie incipiente… No, el del pubis al revés era otro… éste tenía calvicie incipiente, digo… Es diferente. 

Y no todos hacen buena rima… Ya os iré contando según recuerde... La Bella durmiente, por ejemplo, era narcoléptica. Pero no estoy segura de quién era el cleptómano… si la Bella o la Bestia. 

Total que no se sale del asombro… con estos personajes. Entrañables igualmente o más, si cabe. 

Ángel C.T. ©2013

16 comentarios:

  1. ¡Qué tiemblen los mitos! Desde su nube, los observan y analizan unas incisivas gafitas.

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  2. A mi siempre me cayó mejor El Lobo que Caperucita, jajaja. Está genial Ángel, lo que ven tus gafitas desde tu nube.

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    1. Es que esa Caperucita era algo inconsciente y el lobo muy zorro...
      Me parece muy bien que tú prefirieses ese personaje, que apreciaba lo tierno más que la ternura. Aunque me da en la nariz que tú eres más del segundo tipo.
      Pero es bueno diferenciarse siempre, hasta en los gustos. Gracias.

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  3. Mucho más entrañables, sin duda, y más cercanos. Ay, si los príncipes azules hubieran sido un poco más color carne y hueso...otro gallo nos cantara.....
    Genial tu recuperación de nuestros personajes de infancia....un beso!

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    1. Pues sí, Susana, así es. Esos personajes son mucho más humanos de lo que nos hicieron creer. No me he inventado nada.
      Si te parece bien, tú te quedas con El Gato con botas, de color carne de gato y hueso, y yo con Pulgarcito... sin botas pero "tóo" calvorota. .

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    2. Visto así, prefiero a Pulgarcito, que aunque sea calvorota, cosa que por otro lado no me importa en absoluto, al menos no es impotente ;-)

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    3. Cierto, lo de la calvicie puede resultar un atractivo añadido- no va con segundas- al aspecto varonil del personaje. Por eso te he comentado que yo me quedo con ese y tú... bueno, lo siento... solamente queda por aquí El Gato con botas... Tú misma. Pero que si quieres que lleguemos a un acuerdo, todo es hablarlo... Tampoco supondría un grave problema su peculiar característica para mí. Un abrazo.

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  4. Vaya!!! me acabo de dar cuenta que he estado engañado toda mi infancia, lo que me acaba de dar el día es lo de Cenicienta, ¡¡Quién me lo iba a decir!! En cuanto al personaje que más me gustaba era El gato con Botas, después de lo que me he enterado, me paso a Pulgarcito, prefiero quedarme calvo...

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    1. Lo siento mucho, Sergi, pero las cosas son como son, no puedo cambiarlas para contentaros... ¡Más quisiera yo!
      Y eso que, por cierto pudor, me he callado que la preciosa y puntual Cenicienta, manifestaba los fines de semana a partir de las doce de la noche, una tremenda halitosis a juego con su aroma podal.
      Con esta información que te paso, de forma gratuita, tú sabrás si seguir en tus trece de lo de la calvicie o prefieres quedarte con el personaje de El Gato con botas. Gracias por dejar tus impresiones y frustraciones infantiles en esta nubecita.

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  5. Siempre me han fascinado los lobos y nunca entendí por qué debían ser el malo de la película. Posiblemente el lobo también tenga hambre de ternura.

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    1. Me ha parecido de lo más tierno este comentario. Gracias Manolo.

      -Oye, Manolo, tal vez sería bueno que tú y yo, tuviéramos unas palabritas- Dijo la Caperucita antes de ser devorada por esa "tierna" masa carnívora, llamada lobo...

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  6. Fátima Reyes García14 de diciembre de 2014, 13:04

    Jijjijiji Nada que ver con los aburridos y perfectos personajes clásicos...¡muchisimo más cercanos y entrañables estos! Deseandito estoy de que los pongas en acción... ¡eres única!

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    1. Muchas gracias, Fátima. Todo llegará... pienso.
      De momento tengo otros personajes dando la lata para salir a relucir... sobre la nube.
      Un besito, amiga.

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  7. Jajajaja.....¡¡"Aquí no se ha librado ni el apuntador"!!, vaya repaso....pobrecit@s.
    Pero es que ya tanto "fueron felices y comieron perdices" está pelín trasnochado, ¡¡vamos....que no se lo cree nadie!!.
    Besitos, guapa.!!

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    1. Renovarse o morir, dicen... Y de momento, estos personajes quieren seguir existiendo, así pues...
      Gracias, Aratnza, por ser un "pelín" iconoclasta a nivel cuentista. Ya somos dos... o puede que más.

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