Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

8 dic 2014

VACÍA DE TI

Un día te quedarás vacía de mí.
Dijiste.
..............................................
Hace mucho tiempo,
existieron dos almas.

El amor
era una pluma dorada
flotando en el aire.

¿El aire?
Un beso continuo.

¿Un beso?
Una margarita abandonada.

¿Una margarita?
Simplemente, la vida.

¿La vida?
Una sonrisa,
de esquina a esquina,
en medio de la gente.

¿La gente?
Sólo sombras bajo el cielo.

El cielo eran sus ojos
..............................................
Hace mucho tiempo,
una eternidad,
que no nos encontramos.
Dos almas errantes,
vagando sin rozarnos,
como plumas en el aire.
Sin sentir besos continuos.
Sin recoger,
margaritas abandonadas,
sin abrazar la vida
contra nuestro pecho, 
Sin sonreírnos, felices,
en medio de la gente.
Sin proyectar
nuestras sombras unidas,
bajo el cielo de tus ojos.

Pero nunca me quedaré
vacía de ti.

Ángel Córdoba Tordesillas ©

Acuarela pintada con estas gafitas que Dios me ha dado.

8 comentarios:

  1. "Pero nunca me quedaré vacía de ti."
    Emocionante poema y no menos emotiva acuarela. Excelente dúo artístico. Felicidades, Ángel.

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  2. Fátima Reyes García8 de diciembre de 2014, 20:32

    Maravilloso conjunto,el poema es de los que "tocan"...¡¡chapeau!!

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    1. El poema es de los que quiere brindar con los tuyos, por que la poesía siempre siga viva. Gracias, amiga.

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  3. Me ha encantado, como han dicho los compañeros, es maravilloso tanto el poema como la acuarela, están llenos de sentimiento que denotan emotividad. Alguien que conocemos me recomendó encarecidamente que le echara un vistazo a tu blog, y lo cierto es que esa insistencia está más que justificada. Fantástico Ángel!

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    1. Me siento halagada y enormemente honrada por tu presencia en esta nube no pasajera, Sergi. Espero durante mucho tiempo tener el placer de contar con tus visitas. Gracias por hacerlo y gracias, también, a ese insistente y amable amigo que tenemos en común.

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  4. Bellísimo el poema, emotivo, sentido,de una sensibilidad especial; increiblemente maravillosa esta acuarela que es una genialidad.

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    1. E increíblemente amables tus palabras, Manolo. Muchas gracias de todo corazón.

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