Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

17 dic 2014

LA VOCACIÓN FUNDAMENTAL

Tres arañitas italianas, decidieron viajar en el tiempo, que dura un viaje, y llegaron hasta la casa de los Reyes Magos en "Orientolandia"…

A una de ellas, como le gusta la charla rumbosa, se la conoce como “La patilengua”, tiene más lengua que patas… se enrolla hasta con los picos del pan. A otra, a la más pequeña, Clotilde, la periodista, le gusta preparar matices de viento, al dente como la pasta… ¡Menuda loca sibarita!, le llama la segunda, Chari, empezando por arriba, porque le gusta resoplar y corretear a carcajadas.

“Los reyes tienen cicatrices hasta en las coronas y ya de un feo dorado que se ha tornado verdoso por el pasar del tiempo, llagas en los dedos, y las narices hinchadas, de tanto envolver regalos para todos los niños del mundo-si es que todos... son muchos-. Están empezando a pensar en la jubilación, pero ahora parece que se ha alargado el plazo. Hasta los veinticinco siglos trabajados, no cobrarían más que la cuarta parte de su salario. Y Hacienda les da por todas partes. Y luego los callos en los pies… esos terribles callos... Los camellos no resultan rentables. A pesar de tanta leche y galletas que toman en las casas de los chiquillos; que dejan los padres, estas "chuminadas", no funcionan como combustible. Parece que les falta fuelle, la edad, o que se están volviendo vagos. Aquí los aparcan dentro de los armarios, como no tienen más ropa que la puesta… tienen espacio de sobra. En estos momentos están viendo su telenovela favorita. Los reyes digo, los camellos me parece que duermen, no les tengo controlados”…

Soy redactora de un periódico italiano, sí. He venido aquí, haciendo periodismo de investigación y por ahora voy bien. A mis hermanas las he traído, entretejidas, porque se han puesto más pesadas que las moscas, que ya es decir...

-¡Clotiiiiii!.

Vaya, ya me está llamando mi hermana mayor… ¡Qué marimandona es! Puede ser que ya esté preparada la cena. Algún insecto atolondrado que habrá caído en la tela, mira que les tengo dicho que yo sólo como pasta…

Interrumpo el reportaje momentáneamente, a mi pesar. Enseguida estoy con ustedes otra vez, desde  un rinconcito del techo de la humilde morada de estas grandes personalidades. Tengo vocación nata para esto. Les envío esta noche el teletipo sin falta. No sé ni qué es un teletipo pero bueno…

Ángel Córdoba Tordesillas ©

(A la memoria de dos arañitas que he enviado hoy al otro mundo, por una negligencia casera. Gracias a dios, una de las tres, ha salido indemne del “aracnicidio”… Me alegro en el alma. Sirva esto de condolencia y de homenaje por su fallecimiento prematuro.)


Acuarelita rápida, de Clotilde y los tres Reyes Magos, pintada con estas gafitas que Dios me ha dado.

7 comentarios:

  1. Fátima Reyes García17 de diciembre de 2014, 23:37

    Yo le pido a los reyes que sigas tejiendo tus maravillosas historias,y poder caer cada día en esta tela de araña sedosa que es tu nube...que nos atrapa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seguiremos tejiendo relatos cortos, largos y de entretiempo, porque esto se me da mejor que hacer calceta. Pero vamos, que todo es ponerse.
      Gracias Fátima.

      Eliminar
  2. Igual son parientes de las que tengo yo instaladas ya a perpetuidad allá en la casa del pueblo, si ya son como de la familia, no pagan alquiler ni ná.
    Me has dado una idea, las voy a poner nombres.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mira Arantza, lo cierto es que me daba no sé qué publicar este breve relato, precisamente, porque soy conocedora de tu poca simpatía hacia este tipo de insecto. Exactamente igual que le sucede a muchas personas. Pero, no podía resistirme a presentaros a Clotilde; esta arañita tan agradable y laboriosa. Y me parecía de justicia que, con todo ese cariño y afán que pone en su trabajo, tuviera la repercusión que se merece. Espero que lo comprendas y lo apruebes.
      Pon nombre a las tuyas y mételas en facebook... Gracias, hermosa.

      Eliminar
    2. Jjajaja, seguro que es un homenaje merecido. Si está claro que al final a todo se acostumbra un@ y yo las terminaré cogiendo cariño. Iré pensando en nombres y guardaré en un cajón el spray.
      Muasss.

      Eliminar
  3. Aún teniendo aracnofobia has conseguido que, con tu historia, las arañitas me resulten entrañables. Pero solo las italianas que cocinan vientos al dente y escriben reportajes sobre los reyes magos....gracias, tejedora de historias!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro de que, a pesar de esa fobia que padeces, al igual que el 90% de la población viva, en la actualidad, te hayan resultado entrañables. Pienso, no sé porqué, que lo mismo les pasaría a ellas contigo, aunque sean conocedoras de tu rechazo inicial. Créeme que te llevarías a las mil maravillas con "La patilengua"... Es pesadita pero sin mala intención. Y si le regalas algún roscón con sorpresa, te convertirías en su mejor amiga, del tirón. Gracias a ti, Susana, por tu emotiva declaración de intenciones domésticas y navideñas.

      Eliminar