Mágico y delicioso
el sentir de dos cuerpos,
refugiados en la media noche,
comiéndose a besos.
Y cuando se produce este momento,
el mayor de los gozos,
todo queda inmerso
en un estallido
de silencio,
en un estallido
de silencio,
bajo un cielo estrellado.
En este paraíso de dos,
nada más las aves
de la pasión,
tienen permiso
para revolotear
entre esos dos cuerpos,
con un mismo alma,
donde hacer su nido.
¿Cuántas peripecias
ha de pasar un beso,
para que consiga posarse
como un pajarito,
fatigado y hambriento,
que busca alimento
y descanso
en tus labios?
Los míos llegan de lejos.
Románticos emigrantes,
vencidos por la soledad
y el frío.
Han volado durante años,
buscándote.
Necesitan cobijo.
Por favor, dáselo
cuanto antes…
Y te enviaré más.
Ángel C. T. ©2014
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| Imagen de su autor. |
Precioso!!
ResponderEliminar¡Gracias, Fátima!
EliminarBellísimo poema, se quedó en mis labios como un beso.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Manolo.
EliminarAve de la pasión que probó el sabor de los besos y ya no encuentra mejor lugar donde posarse....qué bonito poema, Angel
ResponderEliminarMuchas gracias, amiga.
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