Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

2 feb 2015

PURO ALBA

Estrella radiante,
de mi universo.

Un día apareció,
deslumbrante y trémula
con su hermoso corazón
en las manos.
Me saludó y me dijo,
te dejo esto,
cuídamelo, por favor.

Rebosándole la inocencia
y la bondad,
lo depositó en mi conciencia,
en aquél instante, eterno,
que archivé en mi memoria,
como una verdadera fiesta
de felicidad.

Me llegó al alma,
esta Alba mía,
e igual que entró en mi casa,
se quedó en mi vida,
en dónde tiene y tendrá
un lugar para siempre.
Ella lo sabe.

Su pureza,
con brillo destellante
y pupilas inquietas,
esparce por todas partes
adonde quiera que vaya,
y belleza a raudales.
No exagero ni un ápice.

Es un vendaval,
una catarata,
un volcán de emociones,
¡qué sé yo!
La pasión le desborda
de forma constante...
Es Alba.

Tanto quiere expresar
que hasta sus manos hablan.
Y en todos los idiomas que sabe,
lo hace con el mismo lenguaje;
el de ese corazón limpio
y generoso,
como pocos he conocido.

Milagro y regalo
de los dioses
que un día me trajeron
hasta la puerta de mi casa,
a esta niña que es estrella,
lucero bello,
y hasta un sol entero…
llamándose Alba.

Ángel C. T. (GRACIAS, PRECIOSA) 

4 comentarios:

  1. Precioso, tierno, real, metafórico, eterno. Me encantó.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Inmaculada por este expresivo comentario. Espero que, igualmente, sea del agrado de Alba, a la que quiero como a una hija.

      Eliminar
  2. Dulce, limpio, lleno de sentimiento....seguro que a ella también le gusta este poema porque es precioso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es lo que me inspira ella. Muchas gracias, Arantza, por este comentario.

      Eliminar