Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

16 feb 2015

TU VOZ

Tu voz es magia pura
tanto como tu intuición.

Dentro de mí se debate
siempre el mismo tema.
No puedo amarte…
no puedo dejarte de amar.

Tu voz no me lo pone fácil.
Me consume la impaciencia
por tenerte cerca
y acurrucarme junto a ella,
escuchándola, complaciente,
para responderla,
sin decir palabra.

Tu voz,
me recorre el cuerpo todavía,
me exalta,
se extravía por mis entrañas…
Y me columpia, como a un infante,
sobre hermosos sueños.

Tu voz es grande,
me emociona…
Ocupa todo,
dentro y fuera de mí,
como tu constante presencia,
por los rincones de mi mente,
y lo que me haces sentir.

Se cuela,
traviesa,
entre una de mis aurículas
y un ventrículo.

¡Y late!

Quiero
que tu voz me acompañe
en adelante…
Igual que ahora
me acompaña
su recuerdo
¡y late, late, late… !

Ángeles Córdoba Tordesillas ©


4 comentarios:

  1. Un día escribí una de mis "cositas" y una de sus frases era: " Esa voz que me secuestra".
    Tu precioso poema me la ha recordado.

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    1. Seguro que si yo leyera ese poema tuyo, me recordaría a éste. Y seguro que me encantaría. Gracias por tu comentario, Arantza.

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  2. Sólo puedo comentar con voz... Pero tienes mi voto.

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