Entra por la ventana.
Me ata y me amordaza.
Me roba el corazón.
Y encima, feliz, le doy las gracias.
Peligroso delincuente,
dulcemente reincidente... El amor.
Ángeles Córdoba Tordesillas ©
“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Se cuela, pero no lo hace de forma subrepticia, uno se entera de que se cuela y generalmente le deja hacer.
ResponderEliminarSí, generalmente, se le deja hacer. Parece que tiene probada experiencia y encanto para conseguir sus objetivos. El muy ladino...
EliminarPeligroso ladrón....
ResponderEliminarCadena perpetua... de libertad, se merece.
EliminarYo es que me dejaría hacer un montonazo, de verdad.
ResponderEliminarEs bueno dejarse hacer por quien sabe lo que hace.
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