“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Que hermoso poema, que delicadeza. Si en algo me toca, seguiré compartiendo mi amistad contigo, con lo que supone de alegría, de emoción, de sentimientos, de cariño.
ResponderEliminarUna de las cosas más bonitas que se pueden compartir con los amigos es la alegría auténtica, la que produce, precisamente, estar en compañía de buenos amigos. Gracias Manolo.
EliminarQué buena compañera es la alegría, y más cuando la transmite una amistad.....
ResponderEliminarLa alegría de la amistad, una de las mejores para experimentar. Gracias, Susana.
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