Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

24 jun 2015

EN SU AUSENCIA

-Mientras no estabas ha venido alguien y ha preguntado por ti.
+¿Era pescadero?
-No. Ha venido diciendo algo de pulpo y de sardinas… no sé si sería sobre algún cuento.
+¿Pero no era pescadero?
-Que yo sepa no. Lo lamento.
+¿Y te ha dado algún mensaje para mí?
-¿Qué quieres decir?
+Hombre, que si te ha dado algún recado.
-Ninguno. Sólo ha dejado ese cajón con todo ese pescado. Algunos mariscos también he visto. Y se ha ido por donde ha venido, claro; como el atún que también ha traído… era tan bonito…
+Mira tú… Y ahora voy yo y te doy las gracias.
-…Que mañana vuelve a dejar el resto, me ha comentado.
+¿El pescadero?
-¡Que no ha venido ningún pescadero, te digo!
+Lo habrá guardado en secreto.
-No. Lo ha dejado todo sobre la encimera de la cocina. Debes guardarlo rápidamente en la nevera que ya empieza a oler igual que el pescado estropeado. La próxima vez que no venga el pescadero, avísame, para estar preparado.

Ángel C. T. ©2014

Ilustración de su autor.

2 comentarios:

  1. Vaya con el "no pescatero" que puede dejar cosas ricas, pero que se estropean pronto como no las guardes debidamente. Me encantó el mini relato Ángel.

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