Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

17 jun 2015

EL VIEJO MATUSALÉN

-Matusalén, que dice la tataranieta que cuándo te cortas el pelo que vas a parecer mucho más joven.
-Dile que no me interesa parecer mucho más joven. Cada uno tiene fama de lo que es. Y en mi caso, la edad me ha hecho muy popular. De ninguna manera voy a tirar por la borda todos estos siglos, por un peinado de moda, siendo el viejo más conocido del mundo, para que me sustituyan, en el dicho, por otro. La que liaríamos, pollito...
-Pero hombre… que a la niña le hace ilusión verte con el pelito corto.
-¡Te digo que no! Que me siga creciendo el pelo a su libre albedrío. ¡Anda que no te gusta contemplar gaitas a la niña!
-Es que es gallega.
-¡Como si es escocesa, mira tú! Pero todo tiene un límite, hasta mi paciencia.
-Bueno, tranquilo Matusalén… a ver si te va a dar un patatús y no llegas a los 969 años. Total, te quedan tres meses y medio.
-Sí, la cosa ya está chupada, es verdad. Voy a tratar de tranquilizarme que me altero por nada... Por favor, querida, prepárame una tila que me está temblando el pulso y me subirá la tensión..
-Claro que sí. Y también te voy a hacer una ensalada con antioxidantes y brotes de alfalfa, por los alrededores, que te vas a chupar los dedos.
-Se me hace la boca agua. Ñam, ñam... ¡Cómo me cuidas, Edna!

Ángeles Córdoba Tordesillas © 2015

6 comentarios:

  1. Muy bueno y como siempre lleno de ingenio. No sé de dónde sacas estas historias!!.... tienes una imaginación increíble.

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  2. Mejor seguir con pelos y barbas y saber quien eres, que parecer lo que no eres. Muy bueno, Angel.
    Besitos

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    1. Desde luego, Matusalén, lo tiene claro; será el mismo, por los siglos de los siglos... hasta los 969 años.

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  3. Pos que razón tiene el Matu, hija. A mi un amigo me insiste en que me haga las ingles, que voy a parecer más joven, me dice. Que manía, oyes, de querer hacer a los demás a nuestra imagen y semejanza... Y una cosa te digo Ángel chica, tengas las ingles hechas o no yo te voy a querer igual, porque a mí lo que m guhta d tí es tu Angel, tu duende, esa chispa que tienes joia...

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    1. Desde luego, parece como si no te hubieras tomado en serio el relato de Matusalén... que me sales por peteneras, Ángel chico. Pero te lo perdono todo por esa chispa, tan refrescante, que dices que tengo que ya quisiera incluso la de la vida de cierta bebida. No sé si me he explicado...
      Gracias por entrar y comentar. Un besito.

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