“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Muy bueno y como siempre lleno de ingenio. No sé de dónde sacas estas historias!!.... tienes una imaginación increíble.
ResponderEliminarMuchas gracias, Arantza. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarMejor seguir con pelos y barbas y saber quien eres, que parecer lo que no eres. Muy bueno, Angel.
ResponderEliminarBesitos
Desde luego, Matusalén, lo tiene claro; será el mismo, por los siglos de los siglos... hasta los 969 años.
EliminarPos que razón tiene el Matu, hija. A mi un amigo me insiste en que me haga las ingles, que voy a parecer más joven, me dice. Que manía, oyes, de querer hacer a los demás a nuestra imagen y semejanza... Y una cosa te digo Ángel chica, tengas las ingles hechas o no yo te voy a querer igual, porque a mí lo que m guhta d tí es tu Angel, tu duende, esa chispa que tienes joia...
ResponderEliminarDesde luego, parece como si no te hubieras tomado en serio el relato de Matusalén... que me sales por peteneras, Ángel chico. Pero te lo perdono todo por esa chispa, tan refrescante, que dices que tengo que ya quisiera incluso la de la vida de cierta bebida. No sé si me he explicado...
EliminarGracias por entrar y comentar. Un besito.