Tal vez alguien esté buscando la suya,
perdida entre millones de versos.
Se la cedo por una sonrisa de día
o un llanto de amor verdadero,
como el de las películas…
Ángel C. T. ©
“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a
Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.
Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.
Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.
Cedémela Ángel, mi sonrisa es tuya, y si alguna vez necesitas mi llanto, también es tuyo.
ResponderEliminarQué generoso eres Manolo. Gracias, de corazón, por ser tan afectuoso conmigo.
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