Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

9 jun 2015

VIVIR DEL CUENTO

La imaginación no da para tanto.
Vivir, comer, amar…
Los zapatos se caen de viejos,
sin ayuda siguen caminando
pero cuesta verlos.

Las bombillas de bajo consumo
aún consumen demasiado.

Los vestidos pasados de moda;
mira qué mona, después de todo.

He comprado en los chinos
el último grito de bolso.
No digas a nadie que no es
de El Corte Inglés,
a pesar del grito.

Ya sospechan de mi indigencia,
y voy por la vida ligera
sin marca siquiera.

Y sin marcos mis cuadros…
¡Qué caros,
unos simples listones de madera
para los cuatro costados!

Puedo dar rienda suelta,
en plena vigilia de primavera,
a las más descabelladas ideas,
Productividad ilimitada,
creatividad la llaman.

Qué córcholis,
qué caramba,
no da para estrenar vestido
ni carmín de coral permanente.
Apenas un billete de diez viajes
de autobús, por vacaciones…

Brindo mi amistad
por no poder brindar 
por mis éxitos comerciales.
Llámame tonta si quieres
y es tu deseo.

Yo deseo, deseo,
si me viene la inspiración,
solamente,
que me traiga la satisfacción
de hacer 
lo que me hace sentir bien.

La imaginación
me da para tener 
todo lo que necesito
en mi pensamiento.
Eso es importante.

Constrúyete
un mundo a tu medida
y luego, si te piden una copia,
intenta venderla.

Vive del cuento,
si la poesía te deja…
¡A mí que me cuentas!


Ángel C. T.©2015  

2 comentarios:

  1. Ahh, como nos ajustamos, que bien poemas las dificultades. Del cuento viven algunos, muchos políticos, rentistas que no pegan ni golpe porque heredaron, personajes y/o personajillos. Los demás no, tu con tu modestia, yo con el cuento de la abogacía, que es más cuento que el tuyo donde va a parar, y con tu amistad, entre otras cosas, que ya es una riqueza.

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    1. A mí me gusta vivir de mis cuentos, relatos y poemas. Pero lo que mejor se me da es disfrutar leyendo y respondiendo vuestros comentarios. Gracias, Manolo.

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