Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

2 jun 2015

POR TI

Si no es por ti…
que me esperas cada día,
en el lugar del encuentro.
Que lees cada una de mis palabras
como si agua clara fuera
que te diera de beber la calma.
Por ti
que me haces reír
aunque no puedas verlo
y llorar en muchos momentos
aunque no te lo diga…
Cuando pensé
que ya nunca más bajaría
en la estación del amor
porque nadie me esperaría,
apareciste tú,
con tu disfraz de incógnito
y mirada curiosa,
con preguntas personales
de interés general,
por la otra punta,
con sorpresas, de colorines
y gramaticales episodios,
intercalados con desmayos
por declaraciones imprevistas
e impresionantes.
Encantador príncipe
que no quiso ser más que gnomo
en un bosque novedoso,
dispuesto a ir a la aventura
como en un parque de atracciones.
con paso desenfadado
y el candor servido en bandeja.
Crees en mí, me lo dices,
me regalas cada día tu afecto,
y me repites, muchas veces,
te quiero, te quiero, te quiero…
Sospechas
que necesito escucharlo,
o leerlo, a menudo,
para creerlo.
Sospechas confirmadas,
te lo confieso.
Si no es por ti…
¿por quién, entonces?

Ángel C. T. ©2015


2 comentarios:

  1. Ufff, que bonito, pero qué bonito, me emociona tanto, que por un momento pensé...., yo qué se que pensé. Eres el encanto hecho mujer, la hermosura de la amistad, la belleza que se instala en corazones sensibles, y por eso te quiero.

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    1. Gracias Manolo por estas palabras tan reconfortantes. Y por estas cosas, también te quiero yo. Un abrazo, amigo.

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