Desde mi nube y con gafitas

“Érase una vez un Ángel que del Cielo quiso bajar a la Tierra para experimentar lo que era ser humano. Adoptó la forma de mujer. Sólo bajó con lo puesto… unas preciosas gafitas que Dios le había regalado y una nube pequeña, desde donde miraba cada día todo lo que sucedía entre el Cielo y la Tierra. Sólo a través de esas gafitas podía ver nítidamente el mundo y a las personas que vivían en él. Sin ellas se sentía desorientada, perdida, pues todo se volvía invisible e incluso ella misma, ya que ni siquiera podía percibir su propio cuerpo. Esta historia está contada por ese ángel que, a través de la narración de sus peculiares observaciones, intenta representar el mundo que ve.”

Un día agarré mi media nube y mis gafitas (esas que Dios me ha dado) y fui a vivir a un lugar indeterminado entre la metáfora y el surrealismo. Desde entonces, estoy pagando la hipoteca con poemas, cuentos, relatos, novelas, dibujos, pinturas, fotografías… ¡canela fina! y otras especias.

Poco a poco o mucho a mucho, dependiendo del día, estado de ánimo y condiciones atmosféricas, suministraré género del bueno, fabricado a mano, con amor, humor y pasión.

Porque te quiero. Porque todo lo que hago es pensando en ti y con el corazón… de la única forma que sé vivir. Y estoy en ello, dispuesta a seguir haciéndolo con muchas ganas, para que tú lo puedas disfrutar. Ojalá sea así.

7 jun 2015

PENSAMIENTO LIBRE

Quiere una no pensar...
Cubrirse de flores de lavanda y olor a tomillo campestre…
Regocijarse en los atardeceres,
Los anhelos dejar volar por los cielos,
acompañando los trinos de las aves primaverales.
Retozar sobre la hierba, recostarse en la tierra…
Abrazar algún árbol, necesitado de cariño, mimarlo,
como si fuera un hijo.
Dejar que su copa le proteja…
meditar bajo la sombra de sus verdes hojas.
Perder la noción del tiempo y del espacio,
en medio del paraíso terrenal.
Y de pronto le asaltan los recuerdos,
los proyectos se le cargan a la espalda,
y los temores y desalientos,
se le suben a la cabeza.
Rompen el silencio del viento, 
con sus exigencias,
y se lo llevan a pasear lejos.
Quiere una no pensar… y al final… piensa.


Ángel C. T. ©

Fotografía hecha con estas gafitas que Dios me ha dado. 

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